Para muchos de los estudiantes, creativos y musicales alrededor de Londres desde 1997 hasta 2007, la vida giraba en torno a la noche del lunes. Cada semana un bash llamado trash fue un canto de sirena para el indie glitterati, una discoteca que definió la era de las relaciones promiscuas con la guitarra y la música de baile.
“LCD Soundsystem y Yeah Yeah Yeahs tocó su primer single en el Reino Unido demostrando su poder en su diminuto escenario. Amy Winehouse fue un habitué. Durante una década, los departamentos de Recursos Humanos de Londres se deben haber preguntado por qué había tantos enfermos el martes por la mañana”, bromea el especialista.
“La gente todavía viene a hablarme acerca de cómo un momento especial para ellos había transcurrido ahi, y cómo nada llena ese vacío que dejó,” dice el ahora exitoso DJ, productor y remixer. Empezó el club como un antídoto para sobrellevar la capital y sus noches que fueron, según el guitarrista Blocky Party, el bajista Russell Lis y el mismo DJ “estrictamente música de guitarra y a menudo bastante retro, bastante genérico”.
Un lugar inolvidable, fue The Grape porque construyó un mito y salieron de allí bandas increíbles. En particular jamás se olvidara porque en su pista de baile indie se volvió mágico.
The Grape un lugar mágico
Si usted fue a un club indie a finales de los 90s y principios de 2000s, oirás la misma música en todas partes, mientras que en la Disco oirás música cool de guitarra, también, un montón de electrónica y bootleg mash-ups. Los DJs serían en realidad la mezcla, que en la mayoría de los DJs indie los tradicionales no estaban haciendo eso en ese momento. Se podía oír sólo la música que se tocaba ahi y no sonido fuera de lugar.